Ese sorprendente hallazgo desató una controversia científica. Algunos expertos intentaron, sin conseguirlo, reproducir los resultados, pero en cambio unos científicos de la Universidad Brandeis, en Waltham, también de Massachusetts, dirigidos por Thomas Pochapsky y Gregory Petsko, también encontraron esas estructuras plegadas (u ordenadas) en la proteína alfa-sinucleína.
Ante la persistencia de resultados aparentemente contradictorios, la controversia se acrecentó. ¿Había un error? ¿Dónde? Una nueva investigación, basada en modelación digital, parece haber resuelto la polémica.
Los cálculos sugieren que la proteína puede conmutar rápidamente entre las configuraciones. Los investigadores también encontraron que cuando la alfa-sinucleína adopta una estructura ordenada, similar a la descrita por Selkoe y sus colaboradores, las porciones de la proteína que tienden a unirse a otras moléculas están sepultadas en lo profundo de la estructura, lo cual explica por qué las formas ordenadas no se acumulan.
Los resultados de la investigación sugieren que forzar a la proteína a adoptar la estructura rígida, en la cual no experimenta el fenómeno nocivo de la acumulación, podría ofrecer una nueva forma de tratar el Mal de Parkinson.
En la investigación también han trabajado Thomas Pochapsky e Iva Perovic de la Universidad Brandeis, y Charles Fisher de la Universidad de Harvard.
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