Ludovico Vigo padece Parkinson pero aprendió a usar la computadora. El vecino, con cuatro hijos y cinco nietos, se hizo fanático de los mensajes en 140 caracteres, y sigue con su negocio de lanas.
Cualquier problema que presente la vida, podría significar un impedimento para concretar lo que cada uno se proponga, pero este no es el caso de Ludovico Vigo, el vecino de 88 años que hace poquito aprendió computación y ya maneja las redes sociales. Hace un año que las clases particulares que toma lo ayudan a luchar contra el Parkinson y las dificultades de la edad, y hoy se confiesa “fanático de Twitter”.
Aunque hoy vive en Martínez, Ludovico nació en Italia en 1924. La Primera Guerra y los avatares que experimentó en su país natal, hicieron que desde 1937 se instalara junto a sus padres y sus dos hermanos menores en la Argentina, precisamente en Martínez. Cuenta que durante varios años vivió nuevas experiencias al trabajar en la ONU: estuvo primero en Estados Unidos, y después en Venezuela. “Fui un gitano prácticamente. Disfruté trabajar afuera, porque aprendí muchas cosas que luego puse en práctica. Pero nada se compara con mi hogar”, expresa Ludovico.
Al regresar a su querido Martínez, “Vico” se dedicó plenamente al negocio familiar y a su familia: tiene cuatro hijos (Lidia, Andrés, Daniel y Leonardo) y cinco nietos (Diego, Ayelén, Micaela, Patricio y Tomás). Pero el tiempo trajo a su vida diferentes problemas, entre ellos el diagnóstico del Parkinson, la enfermedad que luego le trajo depresión. “En 2009, comencé a hacer terapia y el psiquiatra me recomendó que aprendiera computación. Por suerte le hice caso, y gracias a eso, y a Patricia Pietrobon, mi profesora, pude salir adelante”, relata.
Sin dejar de trabajar en el local junto a su esposa “Bibi” (María Ofelia, de 69 años), con quien comparte la vida esde hace 41 años, a su edad el vecino representa todo un ejemplo de voluntad y perseverancia. “Él es muy inteligente, y encima tuvo la suerte de tenerla a Patricia de profesora que es divina y tiene mucha paciencia para explicar. Hoy en día es importantísimo saber informática, yo también manejo la computadora y todo, pero no tengo tanta práctica como él”, comenta Bibi.
Manteniéndose al tanto de la actualidad política y económica del país, cuenta que adora compartir sus opiniones en las redes sociales, en especial por twitter. “Al principio no me animaba a manejarme en Internet, pero con el tiempo lo fui incorporando y ahora soy adicto a esto”, afirma sin despegarse del teclado.
Hoy reconoce que no pasa un día sin revisar los e-mails, o de estar pendiente de su cuenta en twitter, donde encontró a una de sus más fieles seguidoras, la periodista de la CNN, Glenda Umaña. “Es mi amiga cibernética. Veo todos los mediodías su programa, y varias veces me sorprendió al leer mis comentarios en vivo”, afirma.
Ludovico demostró que no hay obstáculos para impedir concretar lo que uno se propone, y con semejante vitalidad, queda claro que nada lo detiene.
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