La enfermedad de Parkinson, un desorden neurodegenerativo y progresivo, afecta mucho más que el control motor, pero existen ensayos clínicos y tratamientos que ayudan a mejorar la calidad de vida del paciente.
Los tratamientos hasta ahora se enfocan en los síntomas y en tratar de retrasar el progreso de la enfermedad.
Recientemente ha sido aprobada una nueva prueba diagnóstica. Hay otras en proceso y se espera que avance la investigación en el área de células madre.
“Creo que en los próximos años encontraremos una cura”, dice Singer, médico de Roden. “Están estudiando los mecanismos de cómo actúa la enfermedad, de modo que, aunque no se conozca la causa, se pueda entender cómo funciona y podamos detenerla”.
Otro ensayo, del que la universidad espera formar parte en el transcurso de este año, utiliza una formulación en forma de gelatina, que se administra a través de una bomba que se inserta desde el estómago hasta el intestino.
Otra prueba utiliza una droga que le brinda al paciente más horas sin síntomas. La Universidad de Miami está reclutando pacientes para este ensayo clínico.
Singer dice que espera también que en los próximos años se puedan comenzar ensayos clínicos de células madre.
Mientras tanto, algunos hospitales han comenzado a utilizar un nuevo estudio de tomografía del cerebro.
El DaT Scan mide la cantidad de receptores de dopamina en el cerebro, lo que ayuda a diferenciar si el paciente tiene un temblor relacionado al Parkinson o un “temblor esencial” que no está relacionado, dice el Dr. Seth Hochman, neurólogo del Hospital Baptist y profesor clínico de neurología en la facultad voluntaria de la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.
“Puedes hacer la distinción clínicamente en muchos de los pacientes, pero si tienes un paciente con quien no estés seguro, es ahí donde más ayuda”, dice Hochman.
La prueba se ha estado utilizando también en Cleveland Clinic de Weston.
“Hasta ahora, no teníamos una forma de determinar la cantidad de pérdida de células de dopamina”, dice el Dr. Néstor Galvez-Jiménez, director del departamento de neurología y director del programa de desórdenes de movimiento de Cleveland Clinic.
En los pasados meses el examen se ha utilizado para documentar algunos pacientes a quienes se les había diagnosticado Parkinson pero que, de hecho, no lo tenían.
Cleveland Clinic también está llevando varios estudios para
determinar los genes relacionados con el Parkinson y probar
compuestos que disminuyan o mejoren el control motor o el control de síntomas.
“Este es un avance increíble para los pacientes de Parkinson”, dice el Dr. Bruno V. Gallo, profesor asistente de neurología y neurocirugía y director del programa de Estimulación Cerebral Profunda en la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami, quien ha atendido a más de 700 pacientes.
"El procedimiento utiliza cuatro cables, todos más delgados que un cabello humano. Estos suben por el cuello, por detrás de la oreja y pasan por debajo del cuero cabelludo hasta llegar al cerebro", dice Gallo. "El paciente debe estar despierto durante el procedimiento.
Una vez que el dispositivo es encendido, se mantiene funcionando todo el tiempo y solo hay que remplazar la batería después de algunos años", dice Gallo, quien ha realizado la cirugía en pacientes de hasta 88 años de edad.
Generalmente, los candidatos están en una etapa entre moderada y avanzada de la enfermedad, y deben de someterse a algunos estudios para determinar su elegibilidad.
“Cualquier paciente que este respondiendo al medicamento pero que esté sufriendo efectos secundarios adversos, debe ser considerado como candidato”, dice Gallo.
En septiembre, Gallo realizó una cirugía exitosa a Jayne Leitner, de 61 años, que fue diagnosticada con Parkinson antes de cumplir 50 años.
Fuente-El Nuevo Herald.
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